domingo, 20 de abril de 2014

La Cueva de los Escolares de Despeñaperros brutalmente agredida en un acto vandálico

Una brutal agresión ha destrozado una de las pinturas rupestres esquemáticas más singulares del parque natural de Despeñaperros estos días al intentar unos vándalos arrancarlas de la roca en la que se encontraban desde tiempos milenarios. El 3 de marzo de 1973 el maestro don Francisco García García y un grupo de escolares de Santa Elena (Jaén) descubrían en Despeñaperros un abrigo orientado al SSE de 1,5 m de ancho por 1,5 m de alto y 1,5 m de profundidad, en el que se distinguía un antropomorfo golondrina con los brazos muy prolongados y unos trazos muy desvaídos propios del periodo esquemático (http://www.arqueomas.com/peninsula-iberica-arte-rupestre-abrigos-de-despeniaperros.htm). Estas pinturas, que se distribuyen por diferentes abrigos y oquedades del parque natural de Despeñaperros en la Sierra Morena oriental, son la constatación del especial valor religioso y mágico de esta zona de paso milenaria y ancestral junto a otros ejemplos de la Subbética.
















El valor de estas pinturas que se vienen fechando en torno al 1.500 a.c. es similar a las publicadas por Bernier y Fortea (1968-1969) en la cueva de la Murcielaguina de la provincia de Córdoba y se suelen identificar como representaciones parietales de los conocidos como "ídolos-placa". Otros ejemplos se localizan en el Barranco de la Cueva en Aldeaquemada (Jaén) y en el de los Órganos de Despeñaperros, éstas vienen fechándose -siguiendo los estudios de Pilar Acosta (1968 y 1984)- en el Bronce I en torno al 1.800 al 1500 a.c. Son representaciones que tienen un claro influjo orientalizante y estarían relacionadas con ritos religiosos y sexuales. El valor de las mismas es por tanto muy importante por su rareza y por unir estas manifestaciones con las del arco mediterráneo, llegando a localizarse también en Cádiz (Cueva de Laja Alta). Dificulta enormemente su datación el que no aparezcan restos líticos y cerámicos asociados a ellas ni tampoco una estratigrafía al ser abrigos rocosos o lajas donde se plasman. No hay que olvidar tampoco para entender la gravedad de la agresión que estas manifestaciones han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. Estas pinturas estaban siendo además estudiadas por Soria Lerma-López Payer-Zorrilla Lumbreras, 2001 dentro de su catálogo de arte rupestre de la provincia de Jaén auspiciado por el Instituto de Estudios Giennenses.
Hace unos meses las visitamos de nuevo con un grupo de amigos y el estado era el que reproduzco en esta fotografía:


































Desgraciadamente ayer conocíamos esta fotografía que reproduzco más abajo después de la brutal agresión a la pintura por unos vándalos.




El asunto es de una extrema gravedad y hay que denunciar el acto intentando abrir una investigación por la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial de Jaén para perseguir a los culpables. Es un atentado contra el patrimonio y su denuncia debe ser enérgica. Se deben articular las medidas necesarias para proteger estos abrigos con rejas o mallas de forma que se dificulte su acceso. Es un daño irreparable. Ayer contemplando esta imagen el dolor que sentía era infinito. Reflexionaba sobre su belleza esencial, sobre su estado imperturbable durante siglos, hasta que en el presente hemos sido testigos de su cruel agresión. Violar la historia, destruir la memoria es un signo de desprecio al hombre, y denota una falta de cultura, de formación, de no quererse a sí mismo, negándose como ser humano. Santa Elena, Despeñaperros, el paso natural, el cruce de caminos, Miranda del Rey forman ya parte de mi vida sin darme cuenta. Mis paisajes, mis recuerdos, mis inspiraciones que me hicieron ser y querer ser, que me llevaron a ella como parte de mis raíces. Veo como ahora el hombre los destruye, los ignora, los desprecia. Es necesario parar esto, porque estamos arruinando el mundo que con tanto mimo y amor a la cultura unos escolares descubrieron el 3 de marzo de 1973 de manos de su maestro Francisco García García. Un maestro de los de antes, un ejemplo para muchos que aprendieron a descubrir la cultura y a amar el conocimiento.