viernes, 27 de junio de 2014

Abengoa recupera para Sevilla Las lágrimas de San Pedro de Murillo expoliadas del Hospital de los Venerables Sacerdotes


Una noticia emocionante. Todo un ejemplo para el mecenazgo, para el patrimonio cultural. Abengoa acaba de recuperar en la lejana isla de Man Las lágrimas de San Pedro que Murillo pintó para su amigo Justino de Neve, fundador del Hospital de los Venerables Sacerdotes. La pintura que formó parte de su colección  y que se localiza en su inventario post mórtem de 1685 fue destinada a uno de los retablos de la Iglesia del Hospital probablemente en fechas cercanas a 1700. El canónigo de la catedral y amigo de Murillo pedía que se colocara en una de las salas del hospital para enfermos, pero finalmente se colocó en la iglesia como ocurrió con la famosa Inmaculada Soult.



Todavía hoy podemos ver el marco original en la iglesia con las llaves de San Pedro y el escudo papal. El mariscal Soult se lo llevó junto a la Inmaculada en 1810. Fue Diego Angulo quien lo dio a conocer en 1974 localizándolo en la colección inglesa de Charles Townend en Sussex. Cambió de propietario en 2005 localizándose más tarde en la Isla de Man donde Gabriele Finaldi la encuentra y selecciona para su exposición Murillo y Justino de Neve el arte de la amistad celebrada en la Fundación Focus y el Museo del Prado en 2012. Era por todos deseado que la Fundación pudiera devolver esta pintura a Sevilla. Gracias al tesón y gestión muy personal de la directora de la Fundación Anabel Morillo y del Presidente de Abengoa Felipe Benjumea, hoy se produce esta noticia de un alcance tan importante como fue la recuperación de la Santa Rufina de Velázquez. Quizás sea más relevante por contener unos valores añadidos culturales y patrimoniales asociados a la historia del Hospital de los Venerables Sacerdotes de Sevilla y a la historia del expolio napoleónico. Hoy se da una lección de mecenazgo para todo el mundo y se cumple con una de las máximas de una gran compañía y de una gran fundación: la responsabilidad social. Algo que sin duda sitúa a Abengoa en la vanguardia de lo que es el patrimonio y la empresa.