jueves, 2 de febrero de 2012

El Barrio de Santa Cruz de Sevilla o la adulteración del Patrimonio

El marqués de la Vega Inclán le dio el impulso definitivo al Barro de Santa Cruz de Sevilla. La exposición iberoamericana del 1929 colaboró en dibujar una estampa típica y tópica que el turismo recibió con agrado. Hoy el barrio de Santa Cruz está tomado por los veladores y sus calles ocupadas por productos desnaturalizados completamente rechazables y perfectamente prescindibles.

Pasear por el barrio se ha convertido en un una experiencia kitsch que combina la visión esperpéntica de un merchandaising completamente banal con las mareas de turistas que intentan descubrir esa esencia andaluza. Nada más lejos de la realidad. Mis alumnos de patrimonio cultural recordarán lo peligrosa que es la folklorización o la adulteración del patrimomio. A esto se une la evidente agresión al mismo que muestra esta imagen de una portada barroca literalmente taladrada por las alcayatas de las que cuelgan los trajes de faralaes y camisetas. Urge un inmediato cumplimiento de la normativa que evite un desprecio al patrimonio como el que se produce en el barrio y que no deja de ser contaminación visual. El patrimonio es evidentemente fuente de riqueza pero con comportamientos como el presente el patrimonio termina degradándose y banalizándose siendo contaminado por el mal gusto imperante en una ciudad que fue el espejo en el que se miró el Nuevo Mundo.

2 comentarios:

Felipe Villegas dijo...

Estimado Benito, no puedo estar más de acuerdo. Y cuando se aporta una prueba gráfica tan evidente, hasta los más progres de la ciudad convendrán en que el patrimonio puede ser una fuente de ingresos, pero no a cualquier precio. Y en efecto, hay veces en que todo se desnaturaliza y lo que es peor: se quiere hacer creer que ésa es la esencia de la ciudad. Que el Barrio de Santa Cruz es un pastiche kitsch es evidente, que de eso de "reducto de la judería hispalense" queda lo que queda. Aun así, por suerte, aún nos quedan rincones bellísimos no profanados y por los que da gusto perderse a cualquier hora.
Ojalá desde tu sensibilidad y, sobre todo, desde tu posición en el Ayuntamiento puedas aportar tu granito de arena para enmendar en lo que se pueda tanto desaguisado. Seguro que ya has tomado cartas en el asunto y, de la mano de Urbanismo, y/o de la Comisión Local de Patrimonio, iniciaréis una 'cruzada patrimonial' al respecto. Yo lo celebraría.
Un abrazo y te enlazo a mi Facebook.

Felipe Villegas
Periodista

Anónimo dijo...

Señores por favor, no sean tan rancios, que hay que compaginar el pastiche que el barrio es con la actividad comercial. Si no de qué vamos a vivir los habitantes del mismo. Llévense sus roñerias esteticistas a los museos y a los interiores de sus casas, que el exterior es del común público y en el participamos todos.